El servicio de preparación de embarcaciones abarca un conjunto de tareas que se realizan antes que tu embarcación esté lista para navegar, después de pasar un período en tierra o antes de su puesta a punto para la temporada.
Suelen incluir varias etapas para asegurar que el barco esté en condiciones óptimas de seguridad, así como a nivel estético y funcionamiento.
Limpieza a fondo de todas las superficies exteriores del barco, tanto de la obra viva como de la obra muerta. Incluye la eliminación de suciedad, sal, algas, y cualquier otro residuo acumulado.
Tras la limpieza, se suele pulir el casco y la cubierta para restaurar el brillo perdido por la exposición a los elementos. Esto es especialmente importante en embarcaciones de fibra de vidrio, donde el pulido mejora la apariencia y protege contra los rayos UV.
Si tu embarcación ha estado en tierra, antes de su regreso al agua es fundamental aplicar una nueva capa de antifouling. Esto evita el crecimiento de organismos marinos como algas y moluscos que se adhieren al casco.
Antes de navegar, y sobre todo al tener el barco por mucho tiempo sin uso, es vital para la seguridad de los tripulantes realizar una inspección de los chalecos salvavidas, extintores, bengalas y equipo de primeros auxilios.
En embarcaciones con cascos de metal, se aplican tratamientos especiales para prevenir la corrosión. Esto incluye la aplicación de imprimaciones anticorrosivas y capas protectoras de pintura.
En los veleros, se realiza la inspección de las velas, jarcias y cabos para asegurarse de que no presenten daños ni desgastes que puedan comprometer la navegación.
La preparación de una embarcación es crucial para garantizar tanto la seguridad como el rendimiento en el agua. Al realizar un mantenimiento adecuado antes de cada temporada o después de largos períodos de inactividad, se evitan averías o problemas que podrían generar costos más altos en el futuro.
El precio de la preparación de una embarcación varía según el tamaño del barco y los servicios específicos que se requieran. En embarcaciones pequeñas o medianas, puede costar entre 500 € y 3.000 €, dependiendo de si solo se incluyen tareas básicas de limpieza y mantenimiento, o si se requiere un trabajo más completo, como el pulido o la aplicación de antifouling.
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